Cuando Elijah y Freya se dan cuenta de que Rebekah puede ser el blanco del último plan de The Strix, harán lo que sea para protegerla. Por otra parte, Klaus pasa tiempo con Aurora con el fin de averiguar donde está su lealtad, mientras que un peligroso encuentro con un miembro de The Strix conduce a Hayley y Marcel a hacer un descubrimiento inquietante. Por último, un elaborado plan creado por Lucien deja a Cami enfrentada a una decisión difícil de tomar y el detective Kinney lucha por su vida.
Este capítulo ha sido algo flojo y de relleno. Los integrantes de The Strix continúan con sus andadas y, esta vez, consiguen encontrar a Rebekah dejándola fuera de la batalla al menos por un tiempo, algo que yo lamento mucho porque tenía muchísimas ganas de ver al personaje de nuevo en acción (con ello me refiero a la Rebekah vampiro y no a la bruja). A pesar del intento de Freya y Elijah por alejarla, de momento, de su plan para salvar a su hermano Kol para los Mikaelson la familia siempre será lo primero, y de esta manera lo han demostrado tanto Freya como Rebekah.
Aurora es más parecida a Klaus de lo que creía y por eso, sin duda, hacen tan buenas migas. La verdad es que es una pareja que no me desagrada para nada pero Aurora no va con buenas intenciones a pesar de que se intente llevar a Klaus a su terreno con cosas del pasado, secretos sobre su hermano Tristán y los planes que este se trae entre manos, y un amor pasional.
Por fin ha salido a la luz cuáles son las verdaderas intenciones de Lucien y Tristán y, gracias a Camille (como no, desgraciadamente) Lucien ha conseguido lo que más deseaba para comenzar el plan.
Marcel se merece un sillazo en la cara. A ver, si Elijah te avisa de que estás tratando con uno de los vampiros más peligrosos y sanguinarios ¿por qué no actuas y le arrancas el corazón como bien te aconseja? Es que no lo entiendo. Prefiere ponerse en peligro tanto a él mismo como a Hayley sin ninguna razón aparente. Si no fuera por Elijah, ambos estarían ya en el más allá.
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