Derek sigue con sus investigaciones clínicas. Mientras tanto, Meredith y Alex tienen que valerse por sí mismos durante el turno de noche, con un paciente de nueve años de edad que tiene complicaciones post-quirúrgicas y su madre se encuentra en un estado muy agresivo.
Y un largo y lento episodio. Todos los
capítulos de esta serie, en general, están bastante bien pero todas
las series tienen sus capítulos de relleno, véase este.
El tema de Cristina ha llegado a
tocarme la moral de una manera sobrehumana. Con esto quiero decir
que, siempre ha sido un personaje muy fuerte y entiendo que haya
llegado el momento que todos esperábamos, ese bajón que le hace
cambiar el chip y convertirse en una nueva (y desinteresada así como
muy poco interesante) Cristina, pero no me está gustando nada cómo
la están basando. Es un personaje muy fuerte y uno de los más
importantes de la serie y con su comportamiento, están destrozando a
alguien que siempre ha sido despreocupada. Supongo que, en parte, es
bueno que comience a mostrar sentimientos parecidos ya que está
forjando amistades que nunco pensó que tendría.
Adoro a Miranda, aka Bailey, como a
ningún otro personaje y, en este episodio, no ha podido ser menos.
Ver un lado completamente nuevo sobre ella ha sido lo más divertido
del mundo porque, a pesar de estar borracha, se ha soltado y ha
vuelto a sacar esa confianza que tanto le cuesta y que solo llegamos
a ver en un episodio de cada temporada. Y, además, aún
encontrándose en ese estado, es capaz de resolver cualquier caso
médico que le echen encima, porque ella es así, es Bailey.
¿Y si hablamos sobre Alex Karev y
Meredith Grey? Decir que son dos de mis personajes preferidos. Ambos
son expertos en saltarse las reglas y actuar como su corazón les
manden y, trabajando en equipo son tan perfectos que no tengo
palabras para describirlo. Cada capítulo me demuestra que Karev está
hecho para la pediatría.
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