Jane piensa que está finalmente lista para tomar una decisión sobre su vida amorosa. Alba ha tomado las medidas adecuadas para convertirse en un ciudadano, pero el pasado de Xo podría hacerlo más difícil de lo que nadie esperaba. Rogelio se entera de que su némesis, Britney Spears, está en el Marbella Hotel y está decidido a enfrentarse a ella acerca de su pasado. Michael está tan atrapado en su pelea con Rafael que termina en un gran problema en el trabajo. Mientras tanto, Petra recibe una oferta de su ex, Milos, a la que ella no puede negarse.
Uno de los personajes que más adoro es Alba (bueno, la verdad es que adoro a toda la familia Villanueva) y es una de las personas que más sufre y, en este capítulo, no se ha ido menos aunque, al final, ha sido capaz de conseguir lo que tanto tiempo llevaba intentando y a lo que tanto miedo le tenía gracias a la ayuda de Xo, Jane y aquella tableta de chocolate tan especial.
Con la escena de Zed o, mejor conocido ahora como Jon Snow, me he reído muchísimo con todo el tema de su muro y la nieve.
Aplaudo la escena de baile de Jane con Britney Spears, me ha encantado verlas juntas dando esos pasitos, aunque todo fuera un sueño de Jane. Y, bueno, si hablo de Britney (famosa a la cual no le veo muchas dotes de actriz) tengo que hablar del gran Rogelio (por cierto, he de decir que me considero Rogelifán); me ha encantado la cómica y dramática historia de ambos personajes.
Petra me da muchísimo pena porque no la veo como una gran villana o un mal personaje, y la verdad es que todo le sale fatal; necesita un pequeño respiro. Al igual que Michael; verlo en esa situación me ha descompuesto totalmente y más tras la decisión de Jane que, ante todo, me ha parecido la correcta aunque puede que lo vea un poco excesiva, ya que ella también se merece algo de tiempo social fuera del entorno de Mateo aunque sea de vez en cuando.
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